domingo, 24 de julio de 2011

MAS dibujos..

"Cara" -poco original el nombre (y ni hablar del concepto). Pero tuvo sus cosas, tuvo su desafío.

"Neso, el centauro patebolsa" -Cuenta la leyenda que Deyanira, la esposa de Heracles, era cortejada (un eufemismo muy moderno que los griegos que contaban la leyenda no hubieran usado jamás) por el centauro Neso. Parece que a don Heracles la joda no le gustó, y lo mató de un flechazo. No recuerdo si después Deyanira recogió la sangre de Neso para teñir un cardigan que le había tejido a Heracles, o si, previendo que la cosa venía mal, Neso preparó un pullovercito embebido en algo que picaba: la cosa es que Heracles se lo puso, no se lo pudo arrancar, y murió quemado o corroído por el tejido.
Mucho se ha hablado de la vida y trabajos de don Heracles, pero su muerte nunca fué muy conocida. Para variar -el tango no inventó nada- fué por líos de polleras...




(bueno, este ES difícil) El horizonte, a bordo, es el único paisaje. Hoy, mañana, pasado, mires para donde mires, hay horizonte y nada más. Por suerte hay infinitos tipos y colores de horizonte, pero, en travesías largas, no deja de volverse un poco obsesivo.
Pues bien: en aras de agregar un poco de variedad al asunto, se me dió por imaginar cómo sería un horizonte marino si, en vez de curvarse hacia abajo, se curvase hacia arriba (si tapan con dos papeles parte del dibujo de modo tal que quede una rebanada de pizza desde el centro hasta los dos vértices inferiores, a lo mejor se ve el horizonte original)
Nunca le puse título, porque tendría que llevar todo esto que escribí, y ya es demasiado

"Baila con Vidrios -Dibujo en la onda Luis A Spinetta"
(A quién, de mi generación, no le abrió la cabeza Spinetta?)

martes, 19 de julio de 2011

Viajes y paisajes

No sólo se viaja con el buque. Dentro del buque, dentro del camarote, la cabeza viaja por universos bastante raros.
No creo que álguien viaje realmente si sólo sabe hacerlo físicamente: el primer requisito para ser un verdadero Turista, es tener una mente capaz de explorar, de recorrer y de trasladarse incluso cuando se está esperando turno en el consultorio del dentista
"Maniobra terminada: velocidad de mar"
"Notre Dame de la Chauve Souris"
"Buen lugar para visitar -en sueños- pero no para vivir"
"El Turista"
"Visita a las Ruinas De Fierro Oxidado"


Bueno, por último, dos noticias para los fantasmagóricos e hipotéticos seguidores de este blog. La primera es que en carlosduro.bubok.com.ar hay un nuevo librito de historias, tengan estas el mérito que tengan.
La segunda es que las partes de esta página denominadas COMENTARIOS, y SEGUIDORES, por más raro que parezca, tienen como función recoger comentarios y anotarse como seguidores, respectivamente. Ya se que parece una pieza de conocimiento informático quizás demasiado abstrusa, pero así son los tiempos: si te gusta el durazno, aguantáte la pelusa...

lunes, 18 de julio de 2011

A veces no hay palabras...

...pero siempre hay dibujos. Dibujos que no quieren decir exactamente algo, como lo harían si fuesen jeroglíficos o carteles de Coca Cola. Dibujos que son más como un borbollón de sentimientos, como el  cuajar en forma física de un anhelo abrumador. Dibujos que son como los aullidos en el patio del loquero, o los graffittis de la cárcel, o los cantos de los ebrios...

Dibujos que a veces ni el que los hizo puede explicar, pero que, creo, todos entienden. Más o menos...
"E.T.A. Baires:"

"Dibujo de Protesta (que, como no se sabe contra qué protesta, no sirve para nada -Como protestar-)"
"Beware of propellers"
"Villa Cariño espacial"
"Nonsequitur"

sábado, 16 de julio de 2011

Qué tánto valor-chisme pueden tener mis cosas en Bubok

"El infinito, un animal metafísico"

No sé si se entiende bien de donde salieron las cosas que están en carlosduro.bubok.com.ar
No se si yo mismo lo entiendo bien. Por las dudas, acá abajo copio y pego la nota que tengo en la carpeta de mi computadora que contiene todos los archivos pasados en limpio desde mis cuadernos:
           
"Consciente de mi necesidad de corregir casi constantemente lo que escribo, por esa mala costumbre de no planear  con anticipación lo que quiero hacer, desde hace varios años vengo escribiendo con lápiz (e incluso con un grado de mina que marca poco el papel, para poder disimular las borraduras). Esto trajo, con  los años, el inconveniente de que los escritos más antiguos (¡qué forma horrorosa de referirse a algo que uno hizo casi ayer, cuando era apenas un poco más joven!), aquellos primeros experimentos, se estaban volviendo casi ilegibles.
            Ni la Literatura ni la Cultura de la Humanidad iban a perder gran cosa pero, en lo personal, la cosa me angustió un poco. Si hay un equivalente psicológico a conservar todos los análisis clínicos de nuestra vida en una historia médica, ese debe ser el guardar todo lo que uno escribió. Releer escritos personales es revivir lo que se sentía entonces, recordar cómo se pensaba, en qué se creía, qué estética marcaba nuestro camino. Puede que para un tercero estos cuentos no sean más que una colección de previsibles y mal estructurados argumentos, pero para mí son el jeroglífico que me permite volver un poco en el tiempo, a la piel y la cabeza de aquél que fui. Así que, Word siglo XXI mediante, me remangué y empecé a pasarlos en limpio.
            Por supuesto, su valor documental es sumamente relativo. Yo empecé a escribir -y creo que ya un poco alienadito- alrededor de los 14. Metía hojas y hojas Rivadavia en una carpeta, encuadernada apenas con dos hojas de canson negro. Soy consciente (era consciente ya entonces) de que eran cosas pobres, hechas con un idioma defectuoso y, muchas veces, desvergonzadamente copiadas de lecturas que me atrapaban por aquella época. Si vamos a ser estrictos, sin embargo, tengo que reconocerle a aquél pibe su tesón: la última vez que vi esa carpeta parecía una guía de teléfonos, completamente manuscrita, sin hojas en blanco ni ilustraciones, con mi letra chica y apretada de punta a punta. Si la hubiese conservado, hoy tendría un plano riguroso de como se formó -o deformó- mi carácter durante mi primera adolescencia; tal como resultaron las cosas, algo ocurrió (y juro que no puedo recordar qué), que me llevó a quemarlas en bloque. No voy a exagerar mi lamento por  aquellas primeras páginas: uno debe respetar un poco a su yo pasado, y yo, aunque quizá no comparta lo drástico de la decisión de aquel Carlitos, estoy dispuesto a asegurar que, en su momento, sus buenas razones debe haber tenido. Pero no todo se perdió, sin embargo: como el puro hecho de escribir se había vuelto ya parte de los cimientos de mi autoestima, tuve, parece, la debilidad de conservar algunos escritos.
            Años después, y según reza en el epígrafe del DA1V (título enigmático, que dudo nadie pueda elucidar sin mi ayuda y cuya explicación, perversamente, me reservo) me decidí a pasarlos a un cuaderno, junto con otras cosas que venía escribiendo por aquel entonces.
            Empezó la era de los cuadernos manuscritos, y allí también fue donde apareció por primera vez esta vanidosa desprolijidad mía. No soportaba deshacerme de lo que había escrito, pero tampoco soportaba releer algunos errores vergonzosos, así que caí en el híbrido del original corregido. La estética, hasta donde daban mis luces, mejoró, pero el valor documental -la "pista psicológica"- se contaminó. Ya bastante difícil era leer entre líneas lo que trataba de decir o disimular un chico de quince años, para ahora tratar de encontrarlo bajo la poda y el maquillaje agregado por uno de veinte.
            El tomo II, en cambio, es directo, como lo fueron todos los posteriores (si se exceptúa alguna corrección ortográfica, o alguna llamada que agregué para salvar contradicciones o errores en los nombres). Allí están, en mi mesita de luz, para quién se atreva a descifrar mi caligrafía en mina blanda.
             Pero, como decía al principio, al ver que las líneas se desleían, encaré el trabajo de pasar todo a formato magnético, y tuve la misma debilidad que cuando escribí el DA1V: no toleré algunas desprolijidades, y corregí. Corregí las correcciones que habían corregido los papeles que no se habían quemado, y corregí las correcciones hechas a los cuentos y poemas posteriores. Como las capas de una cebolla, para llegar al autor original hay que pelar capa tras capa de mejoras y sustituciones. Las fechas al pie de cada escrito,  cuando las hay, pueden tomarse como indicación de cuándo concebí el argumento y redacté el original, pero de no mucho más que de ello.
            Por supuesto, yo siempre estoy allí. Mérito y culpa son míos, y, aunque hay Carlitos mezclados en estos escritos (Carlitos adolescentes y cuarentones, Carlitos solos y Carlitos casados, Carlitos hijo y Carlitos padre de familia), si lo que interesa es quién soy -o qué soy-, la respuesta está allí para quién quiera o pueda leerla. Lo que no se puede es separar el huevo de la mayonesa: no se puede conocer a alguna de mis etapas en particular, porque todas han sido revisadas y expurgadas por la última -y puede que la más aburrida- de mis metamorfosis. En cualquier caso, no voy a repetir el error del auto de fe de mis primeros papeles. No voy a deshacerme de los cuadernos manuscritos, tengan las miserias que tengan. (También han de tenerlas estas galeras informáticas,  asumo, y no por ello voy a malgastar mi ancianidad reescribiendo las mismas cosas y, entre ellas, esta misma nota.). No es por rigor documental o pereza; puestos a explicarlo, y aunque suene medio rebuscado, yo diría que la literatura le ofrece al autor la tentación (divina) de corregir el pasado, de desdecir lo que dijo, o decirlo distinto -a diferencia de la vida, que cuaja y fragua en el instante, irremediablemente y para siempre-. Ante la impotencia de reescribir la vida, uno se puede volver medio adicto a reescribir la forma en que escribió sobre ella. Eventualmente, empero, uno madura y termina por asumir y aceptar su vida tal cual fue, perdiendo, en el proceso, todo el placer que le daba el acomodar sus dichos.
            Involuntariamente, tal vez, uno termina asumiendo y aceptando sus viejos errores de gramática y sintaxis, teniendo para con ellos la piedad y la simpatía que reservamos para nuestras primeras chambonadas. ¿Quién sabe?: si hubiese conservado aquella carpeta de tapas de canson negro....

            Aquí están, pues, las últimas versiones de las cosas que he escrito. Que disfrute el que pueda, y el que no, que sepa ser piadoso."


"Ilustración para una tarjeta del día de la madre (Nadie dijo nunca que fuese el dia de la madre humana...)"




viernes, 15 de julio de 2011

Dragones

Bicho que ya es casi de la familia, por el raye que siempre tuvimos Marga y yo con Tolkien, (que pasamos con los genes a las generaciones siguientes), y por vaya a saber uno qué cosa que tienen esos animales no tan animales, terriblemente bestiales y, a la vez, dueños de procederes, virtudes y defectos  inquietantemente humanos. Los he dibujado cada tanto, y he modelado uno o dos que deben andar dando pena por ahí
Vientoencontra como siempre, una vez se me dió por dibujar uno preguntando de dónde había salido eso de que todos eran malos y salvajes (todavía no se soñaba con filmar La Historia Sin Fin), y pergené este -rojo, como a mí me gustan- que con su actitud de perro vago y poco guardián compensó, en su simpatía, su incorrecta anatomía
"CUIDADO CON EL DRAGÓN"

jueves, 14 de julio de 2011

Lunas

Cuidado con la Luna
que es mujer y cría locos
por mirarla y no tenerla,
por desearla y padecer
la luz fría de su cara

La hagiología popular relegada

Chiste bobo de mi adolescencia. Hagiología es la parte de la Teología que estudia la vida de los santos. Hagiología Popular es la no oficial, la que sigue y crea el pueblo, no el Vaticano. Hagiología Popular Relegada son esos santos y santas que todos mencionan alguna vez, pero que no tienen capilla ni estampita, y que es posible incluso que no hayan existido nunca, ya que a nadie se le ocurre que pudieran tener siquiera una biografía.
"De la hagiología popular relegada: La San Puta"

miércoles, 13 de julio de 2011

"La pequeña fiesta" -Li Po, s.VIII d.c. (creo)

Los chinos consideraban a la pintura y a la poesía como facetas inseparables de un sólo arte. Los chinos clásicos, claro, no los de los radiograbadores.
O, por lo menos, no tenían ese prejuicio estúpido del rigor artístico, o de que ciertas cosas no se mezclan, o de que el que es bueno para una cosa no tiene porqué intentar ser bueno en otra.
Cuando un paisaje o una cosa emocionan, emocionan el ojo, el corazón, el oído y la mente. Pintar y componer poesía sería, desde ese punto de vista, lo más razonable.
Esta de Li Po la escuché, y, como me faltaba el dibujo, me metí a pintarla. Recordar siempre que la intención es lo que vale.
Por si no se lee, acá va la traducción de la traducción de una traducción:

"Tomo una botella de vino
y voy a beberla entre los árboles.
Siempre somos tres, contando a mi sombra
y a mi amiga, la resplandeciente luna".

"Por suerte, la Luna nada sabe de beber
y mi sombra nunca está sedienta."

"Cuando canto, la Luna me escucha, en silencio.
Cuando bailo, mi sombra baila también.

Al fin de cada fiesta, los invitados deben despedirse.
Yo desconozco este pesar.
Cuando vuelvo a casa, la Luna vuelve conmigo,
y mi sombra
me sigue"

Uso práctico de la poesía

REspuesta a los que preguntan "Para qué carájo sirve la poesía, eh?"
Bueno, señores, pasa que a veces uno no encuentra palabras para decir lo que siente. Incluso un bocón charlatán como yo se encuentra con que el discurso racional, la definición precisa, no bastan para explicar esa nebulosa sensación que lo abruma.
Entonces recurrimos a tipos como Miguel Hernandez, que nos entrega el kit de explicación y forma, y nos ahorra horas y horas de darle vueltas en la cabeza.

"Umbrío por la pena, casi bruno,
porque la pena tizna cuando estalla,
donde yo no me hallo, no se halla,
hombre más apenado que ninguno."

"Pena con pena y pena desayuno.
Pena es mi paz y pena mi batalla,
perro que ni me deja, ni se calla,
siempre a mi lado fiel, pero importuno."

"Cardos, penas me ofrecen sus coronas,
cardos, penas me azuzan sus leopardos,
y no me dejan bueno hueso alguno,

no podrá con la pena mi persona
circundada de penas, y de cardos,
!Tánto penar para morirse uno...!"

Tintas

Personajes de la mitología, personajes clásicos literarios, personajes hagiológicos...Un personaje no es una persona: es un limitado número de características definidas y agrupadas. Cuanto más clásico el personaje, más definidas esas características, hasta que llega a ser apenas un símbolo, un ícono, un kanshi, (que diría Seba).
Quizá por eso me gustaba dibujarlos: era como dibujar un concepto.
Decir mucho explicando poco. El ahorro de energía que da orígen al placer, Sigmund dixit.
O, como en "Le llevaremos serenata", algo se puede dar por terminado con poco trabajo.
 "Le llevaremos serenata", inconcluso por pereza
" Lanzarote Del Lago, haciéndole el verso a la reina Ginebra"
"La Lidia (Cloto, Laquesis y Atropos)"

martes, 12 de julio de 2011

"Alcantarilla de Innsmouth"

De todos los deliciosos y perfectos horrores de Lovecraft que pude disfrutar, La Sombra Sobre Innsmouth fué el que más me apasionó. Me obsesionó: ilustré mi copia de la novela, ilustré sus sacerdotes, y hasta confeccioné un plano de la planta urbana basado en el relato (De chico, cuando yo leía, LEIA)
Y, en un rato libre y con más espacio, hice este lápiz. No sé si don Howard Phillips lo reconocería; mi memoria sigue asociándolo a los primeros escalofríos que recibí del hombre retraído de Providence

"Nativos del Amazonas, copados por un documental de Cousteau"

(No todos pueden aprender la técnica de Dalí, pero algunos pudimos admirar y tratar de emular su humor y su creatividad a la hora de denominar las obras. No hay ninguna razón estética por la cual la originalidad deba reprimirse a la hora de fimar, tampoco...)

Cardiopatía

Cuándo tuvo el corazón ilustrado por los médicos y anatomistas el aspecto terrible y dramático que todos sentimos que debería tener? Cuándo un científico representó a la Víscera Noble en su ominosa tormenta y consiguió comunicar ese aspecto a la vez divino e imperfecto que nos inquieta cada vez más con los años?
Cuando el corazón se encrespa, cuando la sangre busca inútilmente la salida hacia los sitios donde la vida la espera ansiosamente, es de noche. No importa que hora sea en el mundo de la gente: dentro del pecho, y dentro del destino del dueño del pecho, es de Noche

lunes, 11 de julio de 2011

Hoy avise

Antes que nada, una aclaracion un tanto coqueta: no es que yo sea un bruto que no sabe donde van los acentos, ni que tenga problemas para darme cuenta de cuando hay que usar el periodo de 365 dias. Uso una computadora dinamarquesa, y cuando quiero poner un acento (por ejemplo, camiåon) me pone esa A con aureola de santo, y cuando quiero escribir algo con enie (por ejemplo, aæo), hace esta estupidez: Æ.
Salvado mi buen nombre ortografico, saludo a todos los que recibieron mi mail de hoy y que hayan dispuesto del tiempo y las ganas de averiguar de que se trata esto del blog. Adjunto algun que otro dibujito, y cuento con que nadie espere que escriba seguido: tarde o temprano los dibujos se acaban, y las ideas vienen cuando quieren, no cuando las llaman.
 "Asterion pensando "!Como me cagaste, viejo!"
Se acuerdan, seguro: Asterion, el hijo que tuvo la esposa del rey Minos nueve meses despues de jugar de manos con un toro...
De chico siempre me parecio que eso de un hombre con cabeza de toro, o un toro con cabeza de hombre, era aceptable desde el punto de vista mitico, pero un mamarracho estetico. No era una cosa que impresionara, sino un desproposito que repugnaba a la mente. Y no habia forma fisica posible de que funcionase, tampoco. Me imaginaba un tipito tratando de soportar en equilibrio una cabeza enorme, o un toro con una cabecita griega diminuta, y sentia mas risa que espanto.
Di en creer -mas por gusto literario que por otra razon de peso- que en todo eso se escondia un chanchullo. Me parecio mucho mas posible una intriga tipo "el hombre de la mascara de hierro", donde Minos encerraba al ilegitimo y, para evitar pretensiones sucesorias, imponia la creencia de que era deforme. Para que la realidad no lo desmintiese, claro, lo encerraba despues en el laberinto.
Y para que no sufriese mucho, le mandaba cada tanto las virgenes atenienses.
Pero bueno: el desafio del dibujo (aparte del anatomico, donde hice sapo) era lograr la sensacion de oscuridad subterranea, pero poder poner, a la vez, una luz que dejara ver al modelo.
Me entretuve mucho peleando con eso

domingo, 10 de julio de 2011

Rescate en el tiempo

Siempre escribí. Siempre lo disfrute, y siempre me sirvió; tanto es asi, que tengo una mesita de luz llena de papeles viejos, escritos con mi letrita apretada y fea.
Una tarde , cuando los revise y vi que muchos de esos papeles ya se estaban volviendo ilegibles, me di cuenta de que el tiempo no solo pasa, sino que también te pasa por encima .
Como mi trabajo me lo permite, poco a poco fui pasándolos a formato magnético, y, al tiempo, me di el gusto de tenerlos a todos seguros y prolijitos. Pero algo empezó a picarme. Como soy medio lento, tardé unos meses en darme cuenta de que me estaba haciendo trampa a mi mismo.
Caí en cuenta de que siempre me referí a esos papeles como "esas boludeces que escribo" (pero con onda, con simpatía, ojo). Una vez que las tuve en Word, alineadas, parejas y ordenadas, disimuladamente empece a llamarlas -en secreto- "mis libros". Mi autoestima, feliz. Mi honor, un desastre.
Cuando la honestidad me retorció el brazo, tuve que reconocer que un montón de palabras escritas no son un libro. Se vuelven un libro cuando se comparten con otros. Las palabras escritas son un ejercicio de idioma, un borrador, un placer de dilettante. Si se quiere, hasta se puede decir que son un apoyo para el pensamiento teórico. Un libro, por otra parte, es fundamentalmente una comunicación.
Lo mio no iba a ser un libro hasta que yo lo pusiese a disposición de la crítica ajena.
Y como conseguir que una editorial se juegue por un desconocido (que quizás tampoco valga tanto como para jugarse por él, seamos justos), y como la vez que presenté uno a concurso -mal- no figure ni a los premios, opte por autoeditarlo en internet.
Aquellos que sientan curiosidad pueden buscar carlos duro, libros, o verlos en https://www.bubok.com.ar/autores/carlosduro  y https://espanol.free-ebooks.net/search/carlos+duro. (Por esas cosas del google, a veces no aparece Carlos Duro sino Carlos José Duro, o Carlos José Duro Manzo, o alguno de los otros alias que Interpol aún no me ha descubierto. Usualmente, no aparece ninguno en las primeras 248 pantallas de resultados de Google).  Los que se bajan como e-book, para leer en la computadora, son gratis. Y como yo no veo un peso de los que se compran en papel, sugiero que los curiosos se conformen con el e-book.
Y ahí están. No todos, no los mejores, no los peores. Solo algunos con los que quise empezar a probar qué se sentía poner la piel en carne viva para que el mundo te la acariciara o te la cagase a palos. Pase lo que pase, de todas formas, son cosas rescatadas del pasado, y guardadas en un lugar (el ciberespacio) donde no llegan ni la humedad ni la polilla. Magro consuelo, pero uno se acostumbra a vivir a dieta de buenos alientos.

Por que y para que

Por mas retobado y chucaro que sea uno, no puede ir contra los Tiempos. Las formas de comunicarse y entender las relaciones humanas han cambiado desde que se nos metio en la vida la internet, y hay que entender que uno puede renegar, desilusionarse, lamentarlo y quejarse, pero no puede cambiarlo. O se adapta, o se exilia.
Y en mi caso en particular, pasando media vida en el agua, con mis padres y hermanos en una ciudad, mi hija en otra, y mi hijo en su propio y personal asteroide, si no me mantengo al dia con estas sonceras y trato de seguirle el tranco a las nuevas formas de comunicarse, voy a estar tan perdido de todos como si estuviese viviendo en una ermita en Siberia. Y ni hablar de los pobres amigos abandonados que he dejado tirados por todo el pais...
Pero bueno: como en todas las cosas, la tecnologia aprieta pero no ahorca. Hay varias opciones, y hay formas diferentes de hacer las mismas cosas.
Probe con el facebook, pero me produjo una especie de repulsion. Si, es verdad, uno esta al tanto de todo y chusmea como la peor de las comadres de barrio, pero requiere un minimo de arrogancia, una falta de pudor, un desentenderse por la opinion de los demas de los cuales yo, lamentablemente, carezco. Eso de imponer a todos sus contactos sus ideas, sus opiniones, sus humores o su funcionamiento intestinal me pareció no solo poco digno, sino tambien un poco psicótico. Algo asi como "no importa que no preguntes: yo te cuento igual, porque considero que mi vida es interesantisima". Para muchos, incluso, parecia ser fundamental contestar regularmente a una entrevista periodistica que nadie les habia hecho...
La horrorosa confusion linguistica entre "contacto" y "amigo" me sacaba sarpullido, tambien, y ni hablar de la carga de "me gusta", o "comprame una vaca para mi granja virtual", etc.
No. De ninguna manera. Para un vientoencontra como yo, no habia manera.
Entonces se me ocurrio lo del blog.
En el blog, no le impongo nada a nadie. No me meto en la pagina de nadie. No le cuento a nadie nada que no le haya interesado de entrada averiguar. Y tengo una mayor posibilidad de explayarme y de aclarar los reproches o criticas que voy previendo de antemano voy a recibir
O sea -como dice el titulo- que es como si fuese un loco hablando solo: solamente va a poder saber que estoy diciendo aquel que se tome el trabajo de cliquear esta direccion y de leer.
Ademas, me da la posibilidad de poner a disposicion de aquellos que lo deseen algunos dibujos, algunas pinturas, y algunas otras rarezas que cometi, a fin de alimentar la curiosidad o la falta de buen gusto de algunos.
Vaya desde ya mi disculpa a las gentes sensibles que entiendan que soy bastante malarreado, a la gente moderna que piensa que lo mio se parece a los rezongos del abuelo Simpson, y a los pobres voluntariosos que se tomen el trabajo de leer mi obsesiva chorrera de confusiones.
Uno hace lo que puede.


Para hacer mas atrayente este sitio (cosa que estoy mas que dispuesto a reconocer como necesaria) voy a incluir en el algunos dibujos mios -viejos algunos, y un tanto manchados-. No se rian: los diarios ponen chistes al final para que la gente encuentre algo agradable que masticar.
Aca va "Anochece: Glaurung abre un ojo", que no creo que necesite mayor explicacion