miércoles, 23 de mayo de 2018

Escribir en un blog tiene un cierto parecido con el orar en un templo: gran parte del encanto del asunto depende de si uno cree en que haya Alguien (invisible, mudo) escuchando del otro lado.
Yo carezco de fe en ambos casos -y no por pesimista, sinó por razones puramente empíricas- pero, como muchos otros que no creen en dioses pero entienden que la liturgia sirve para algo, cada tanto vengo por acá y depongo lo que en ese momento creo corresponder.
Hoy cuento que he subido a internet dos libros más que tenía casi casi terminados, y que dormían en sus soportes magnéticos por falta de ese último empujoncito de voluntad que necesitaban para ser públicos. Los eventuales e hipotéticos curiosos pueden conseguirlos en:  https://espanol.free-ebooks.net/search/Carlos+Duro , o en: https://www.bubok.com.ar/autores/carlosduro
No voy a explicarlos, (porque un libro, o es una explicación de si mismo, o es un fracaso), ni a pedir disculpas por los mismos, que es algo que me tienta bastante. Baste decir que allí están, gratis para quienes leen ebooks, al costo para el resto que necesita tocar papel. Al igual que con los dibujos, me consuela la moderna -y bastante ingénua- esperanza de que estas minimas danzas de electrones que son la información web dure más que el papel.
Sería lindo confiar en que fuese el prestigio, la calidad o la fama lo que preservara mi trabajo del daño del tiempo, pero.... es como orar en un templo.

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