sábado, 15 de febrero de 2014

Anécdotas de barcos



Las anécdotas son volátiles, como el alcohol, la nafta o el sueldo. No tienen vida útil asegurada ni previsible, y, una vez desvanecidas de la memoria colectiva, se exinguen irremisiblemente.
A fin de preservar algunas que viví a bordo (o que escuché y me gustaron) empecé a registrarlas, sin orden ni concierto, desde hace un tiempito. Como este blog no es otra cosa que una ingénua defensa contra el traspapelado y el olvido, las consigno aquí sin avalar su valor ni prometer placer alguno al lector.
Si le gustan los cuentos de barcos, acá le van algunos






El siguiente es un soneto que se compuso durante el primer viaje de cadetes del Rio Corrientes del año 1980. No es una transcripción literal (el original se extravió hace mucho) y la ilustración, si bien bastante fiel al espécimen descripto, fue reconstruida según los testimonios más fidedignos que se pudieron recabar. Es probable que el Animal Planet, el Discovery Channel y el National Geografic osen poner en duda la existencia del ser en cuestión, pero cualquier colega podrá dar fe, si no de su existencia, al menos sí las molestias infringidas a la gente de máquinas por el mismo y que permiten inferir, más allá de cualquier duda, su desagradable merodear por los pantoques.


EL MONSTRUO DE LA SENTINA NEGRA

Come estopa y bebe aceite,
bajo las planchas camina,
enchastrarse es el deleite
del Monstruo de la Sentina.

Si algo cae entre los caños
lo oculta en su cueva grasienta.
De malo, y por hacer daño,
te afana las herramientas.

Va y te tapa los pocetes
con óxido, juntas y trapos
y pa engranar los motores

se mea en los cojinetes.
Medio diablo y medio sapo…
¡Qué bicho e´mierda, señores!






                Al igual que con el Pie Grande, el Monstruo del Lago Ness, el Nahuelito, el Chupacabras y demás seres cuya existencia aún está en entredicho, es imperativo demostrar fehacientemente su existencia a la comunidad científica, de modo que se ruega a todos los oficiales de máquinas que puedan dar testimonio de sus experiencias personales, u ofrecer pruebas sobre esta criatura, las remitan a esta dirección, a fin de poder revelar al mundo la verdadera naturaleza de este engendro.
                Muchas gracias.               

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